lunes, 2 de enero de 2012

Desafío día 2

Luego de haberme quedado despierta hasta las 3 y media de la mañana esperando a mi marido y viendo una película de esas que dos personas que se odian por un hechizo cambian de cuerpos y luego se adoran, (extraño concepto, muy freudiano), me desperté casi al mediodía.
Decididamente mi verdadera vocación es estar de vacaciones.
El almuerzo consistió en una milanesa y un poco de ensalada. El extremo calor, ayuda a que mis ganas de comer, se mezclen con las de estar dentro de una pileta de agua fría. Pero como tantas cosas engañosas de la vida el calor también provocó en mí unas ganas de comer helado que no pude (ni quise) controlar.
Pensé mucho en ustedes, mis queridos amigos imaginarios del ciberespacio, mientras lo saboreaba. En una milésima de segundo sentí que los defraudaba pero, ¿Saben qué? Estaba riquísimo y lo disfruté. Ni siquiera creo que sea algo para borrar. Ya fue.
El tren sigue su rumbo sin mirar la estación que dejó.
Cierro esta entrada con una frase que me vino a la mente: "Estoy gorda, no soy gorda, SOY ANDREA"
Juntos iremos descubriéndola.
Ahora los dejo y me voy a ver un rato de tele cholula con el aire encendido. (Por si no lo saben odio el calor).
Besotes y hasta la victoria siempre.

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