sábado, 7 de enero de 2012

Desafío día 7

Buenas y santas...

Anoche compartí la cena en familia. La pasé realmente fantástico, comimos, nos reímos, contamos anécdotas...
Qué especiales son esos momentos que se arman casi sin querer.
Qué importante es la familia!
Creo que muchas veces uno valora a su gente una vez que parten...
Qué bueno es poder valorarlos cuando están con uno. Creo que cada uno es un pedacito de la personalidad formada desde chica.
En esos ataques de locura filosófica recordé que para valorar a los demás hay que valorarse uno mismo.
Como notarán el desafío de hoy no es nada fácil.
Encima redoblo la apuesta ¿Cómo podemos valorarnos si la gente que nos rodea nos desvaloriza permanentemente?
¿Cómo se hace para valorarse lo suficiente como para desapegarse de las personas que influyen desfavorablemente, y no nos permite crecer, mejorar, amarnos y amar?
Las relaciones son adictivas y lo que es peor son costumbristas.
Hoy no me voy a extender porque creo que lo profundo del desafío no necesita más.
Desafío: amarse por lo que uno es, y no por lo que los demás aman de uno.
Hasta mañana amigotes.



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