viernes, 6 de enero de 2012

Desafío día 6

Pido perdón a todos mis seguidores imaginarios pero ayer me fue imposible encontrar un momento para escribir.
Viajamos con mi marido y mis hijas a Varela. Tren y colectivo para llegar.
Visitamos a una tía de mi marido que hace mil no veía y está de vacaciones y decidió visitar Buenos Aires.
Llegué a la conclusión que odio viajar.
Tendríamos que teletransportarnos.
Mi más sincero reconocimiento a los valientes héroes que diariamente hacen todo este viaje para ir a trabajar.
¿Lo harán de gusto, porque no consiguen laburo más cerca o porque son masoquistas?
A la noche comimos kepi (no se si se escribe así), receta santiagueña.
Son como albóndigas con cereales o algo así.
Muy rico.
Cómo se hizo tarde nos quedamos a dormir y volvimos hoy a la mañana.
Imagínense: 36º (reales) y nosotros con las nenas en el tren volviendo.
Los que me conocen sabrán que odio el calor, me pone de muy mal humor.
Antes de subir al colectivo mi hija más chica metió el pie en barro por lo que lloró hasta que llegamos a la estación. Allí la limpiamos y se calmó.
Una pregunta vino a mi mente recalentada ¿Por qué mi hija tiene que pasar por esto?
Una vez en el tren, más tranquilos y por suerte sentados los cuatro, me respondí la pregunta.
¿Por qué no? ¿Qué tan grave es ensuciarse el pie con lodo?
Todas las experiencias, hasta la más pequeña nos enseñan y nos hacen crecer.
Seguramente que por un tiempo mirará muy bien por dónde camina.
No vivimos en una burbuja y está buenísimo que tengan estas experiencias.
De eso se trata vivir. Además como premio sentí una enorme satisfacción al saber, que sufriendo un poco de calor, limpiando un poco de barro y viajando mucho en dos días hice feliz al hombre qué amo.
Se siente lindo hacer algo por el otro.
En resumen: hoy fui feliz con mi familia.
Desafío planteado: Ser feliz con las pequeñas cosas y sobre todo con las que se hacen en familia.
"No ahogarse en un vaso de agua"


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